1. Oferta gastronómica. Es la razón de ser de un restaurante pero, a veces, la calidad no está a la altura, no ya de las expectativas, sino de los estándares mínimos.
2. Servicio. Determinante a la hora de conformar la experiencia y la percepción final por parte de los clientes, requiere ser detallado en un protocolo de actuación.
3. Diseño del menú. Es una potente herramienta de comunicación y de venta. Sin fotografías, con los platos más rentables más a la vista y con referencias sobre alérgenos, en su elaboración debe intervenir el chef.
4. Ambiente. El estilo y la decoración del restaurante deben lograr una atmósfera acorde con el concepto de negocio y el público objetivo.
5. Precios. La clave para acertar con los precios es combinar el valor percibido por el cliente, la situación del mercado local, el perfil de la clientela escogida y los costes de las materias primas.
6. Estrategia de comunicación. Hay que cuantificar objetivos, focalizarse en el público target, establecer un presupuesto adecuado, medir y controlar. Las estrategias de comunicación más utilizadas por los restaurantes incluyen publicidad y relaciones públicas, presencia digital (web y Google My Business), estrategia de atracción en redes sociales, geolocalización (por ejemplo, Local Guides es un programa de Google con recompensas a las personas que aporten reseñas e información a Google Maps) y presencia en portales de opiniones y reserva online (por ejemplo, TripAdvisor).
7. Fidelización. Contar con unos incondicionales que repitan en el tiempo y traigan a nuevos clientes es un objetivo a lograr.